La verificación de la edad con selfis, un sistema en auge para identificar a los menores en internet
El cálculo de la edad mediante escaneo facial, que permite limitar el acceso de los menores a TikTok, Instagram o a páginas web para adultos, es cada vez más frecuente en internet y está impulsando el crecimiento de numerosas empresas especializadas.
Sin embargo, esta solución, consecuencia de nuevas leyes más estrictas en países como Australia, que prohibirá a partir del 10 de diciembre las redes sociales a los menores de 16 años, levanta críticas por sus posibles sesgos discriminatorios o por el riesgo de infringir la protección de la privacidad.
El procedimiento es sencillo: unos pocos clics, una mirada a la cámara y el resultado aparece en menos de un minuto. "Estimamos tu edad en 18 años o más", indica el mensaje de la famosa plataforma de videojuegos Roblox.
En las oficinas en Londres de Yoti, empresa líder del sector, varios bustos de maniquí —algunos con pelucas o máscaras— están colocados en línea, listos para realizar pruebas.
Pero estas falsas caras no logran engañar a la inteligencia artificial. "No podemos estar seguros de que la imagen sea de un rostro real", dice el dispositivo de la empresa instalado en un teléfono al escanear los bustos.
Con el tiempo, "el algoritmo se volvió muy eficaz para identificar las características" de los rostros y estimar la edad del usuario, dice Robin Tombs, al frente de la empresa creada en 2014.
Yoti, que realiza alrededor de un millón de verificaciones de edad al día para clientes como Meta, TikTok, Sony PlayStation y Pinterest, empezó a obtener beneficios este año tras alcanzar unos ingresos de 20 millones de libras (26 millones de dólares) en el cierre del ejercicio anual, en marzo.
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A la competencia también le va bien: Persona, Kids Web Services, K-id, VerifyMy... Al igual que Yoti, muchas empresas del sector se han adherido a la Avpa (Age Verification Providers Association), que cuenta con 34 miembros.
La asociación vaticinó hace cuatro años que los ingresos anuales del sector alcanzarían los 9.800 millones de dólares entre 2031 y 2036 en los países de la OCDE, unas cifras que no se han actualizado desde entonces.
Iain Corby, director ejecutivo de la Avpa, se muestra sin embrago prudente respecto al futuro. "Hay tantas cosas que pueden suceder. La regulación evoluciona muy rápidamente, la tecnología también", dice.
Pero estos métodos de verificación de edad, impulsados por la IA, son objeto de duras críticas.
Olivier Blazy, profesor de ciberseguridad en la prestigiosa escuela de ingeniería francesa Polytechnique, advierte de que se trata de soluciones "potencialmente algo intrusivas o peligrosas para la privacidad", sobre todo en lo que respecta a la información compartida por los usuarios.
El especialista también alerta de algunos fallos técnicos: "Con sólo maquillaje clásico, es bastante fácil aparentar ser mayor o más joven".
Otros observadores hacen hincapié en los algoritmos, menos precisos en la estimación de la edad en poblaciones que no son blancas.
En un informe publicado en agosto por un organismo independiente encargado por las autoridades australianas, los autores señalan que la "subrepresentación de las poblaciones indígenas sigue siendo un desafío que los vendedores comienzan a abordar".
En Yoti, el director Robin Tombs reconoce tener menos datos para entrenar su modelo en ciertas franjas de edad o colores de piel.
Pero asegura que su sistema es capaz de "verificar si los participantes usan accesorios falsos o maquillaje" y que todos los datos se eliminan posteriormente.
Para evitar errores, estas herramientas integran variaciones, configurables por las plataformas: cuando el acceso está prohibido para menores de 18 años, el sistema a menudo exige que la edad del usuario se estime en más de 21 años.
Aquellos que se encuentran en una zona difusa pueden verse confrontados a un método de verificación más tradicional, como mostrar un documento de identidad.
Q.Rios--HdM