
El PNUD advierte sobre un freno del desarrollo humano en 2024

El mundo registró una desaceleración del desarrollo humano en 2024, después del repunte poscovid y antes incluso de los drásticos recortes de la ayuda internacional, advierte el PNUD en un informe publicado el martes.
La humanidad se había recuperado en 2023 del impacto de la pandemia de covid-19, según lo medido por el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU, que incluye estándares de vida, salud y educación.
Pero esa trayectoria ascendente, que habría permitido alcanzar un alto nivel de desarrollo humano en 2030, "parece perder impulso", y la brecha entre países ricos y pobres se ha ensanchado aún más, según el informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"Si el lento progreso registrado en 2024 se convierte en 'la nueva normalidad'", alcanzar el nivel de desarrollo elevado esperado "podría llevar varias décadas más, lo que haría a nuestro mundo menos seguro, más dividido y más vulnerable a los choques económicos y ecológicos", alerta el jefe del PNUD, Achim Steiner.
Sobre todo, si se tiene en cuenta que esta ralentización comenzó incluso antes de los recientes recortes de la ayuda internacional anunciados por varios países, en particular Estados Unidos.
Si los países ricos "dejan de financiar el desarrollo", esto tendrá un "impacto en las economías, en las sociedades, y sí, dentro de uno o dos años puede tener repercusiones en el Índice de Desarrollo Humano: menor esperanza de vida, disminución de los ingresos, más conflictos", afirma Steiner en una entrevista con la AFP.
"La conclusión general es, de hecho, bastante preocupante", agrega.
Aunque los expertos del PNUD aún no están seguros de las causas subyacentes de la desaceleración observada en 2024, identificaron como una de las fuerzas motrices el enlentecimiento de los avances en la esperanza de vida, tal vez vinculada a los efectos secundarios del covid, o a las guerras que se multiplican en todo el mundo.
- La IA, ¿motor de cambio? -
En este contexto, el PNUD espera que la inteligencia artificial pueda "reactivar el desarrollo".
El informe destaca los retos y riesgos de las herramientas de la IA, y revela una encuesta realizada a 21.000 personas en 21 países entre noviembre de 2024 y enero de 2025.
Los resultados muestran que alrededor de una de cada cinco personas ya utiliza la IA, y que dos tercios de los encuestados piensan utilizarla en el próximo año para la educación, la salud y el trabajo.
La IA "cambiará prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas", señala Steiner, que cree que la oportunidad que representa para el desarrollo humano es ahora "una cuestión de elección".
"El futuro está en nuestras manos. La tecnología tiene que ver con las personas, no sólo con las cosas. Bajo el brillo de los inventos se esconden decisiones importantes, individuales o colectivas, cuyas consecuencias repercutirán a lo largo de las generaciones", subraya el informe.
En particular, decidir entre construir una economía "colaborativa" con la IA o competir con ella.
Aunque cerca de la mitad de los encuestados esperan que al menos una parte de su trabajo sea sustituida por la IA, también parecen estar dispuestos a aprovechar esta oportunidad: el 60% espera que aparezcan empleos que no existen.
El PNUD también señala los riesgos asociados a la IA, especialmente las desigualdades de acceso entre países ricos y pobres, y los "prejuicios culturales" vinculados a datos parciales y a los países donde se desarrollan las herramientas y se entrenan los chatbots (robots conversacionales).
Un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Harvard, citado en el informe, muestra que las respuestas del chatbot ChatGPT son más parecidas a las de un humano que vive en un país rico de habla inglesa que a las de una persona que vive en un país pobre.
Pero "podemos idear soluciones para reducir este riesgo de sesgo", asegura Steiner, abogando por no usar ese pretexto para rechazar la oportunidad de la IA, por ejemplo, para la investigación médica.
T.Carrillo--HdM