"La lluvia ha dado duro aquí": inundaciones golpean el sur de República Dominicana
Charcos de agua, lodo y escombros cubren las calles sin asfaltar de un barrio marginado de Barahona, una de las cuatro provincias de República Dominicana más afectadas por el paso del huracán Melissa cuando aún era tormenta tropical.
El poderoso huracán tocó Jamaica el martes cuando comenzó a degradar su categoría de 5 a 4 y ahora se aproxima a Cuba, pero continúa causando estragos en el territorio dominicano donde las lluvias que no cesan dejaron un muerto y un desaparecido.
El campo nuboso a su alrededor impacta con riesgo de nuevas inundaciones y deslizamientos de tierra.
"La lluvia ha dado duro aquí. Muy fuerte. Cada vez que llueve, este barrio se inunda por todos lados", dice a la AFP Mario Cuevas, en el sector Don Bosco de Barahona, una región rural y agrícola.
Barahona está llena de sembradíos de banano y café, pero también es una provincia minera: allí se extrae el larimar, una piedra semipreciosa azul turquesa exclusiva de República Dominicana.
"Cada vez que llueve, el piso se rompe más. Si sigue lloviendo, se va a caer en pedazos", añade preocupado Cuevas, de 28 años, quien vive en una rudimentaria casa levantada en tablas de madera y con palos.
Asegura que "con dos días más de lluvia se van las tablas". "No sirven".
El techo también está en malas condiciones, es de zinc y tiene agujeros. Las intensas lluvias lo tienen "sobreviviendo", lamenta.
El fin de semana, el gobierno dominicano dijo que 1,4 millones de personas se habían quedado sin agua, aunque a la fecha solo 250.000 están sin el suministro.
También informó de 3.700 desplazados y evacuados en este país de poco más de 11 millones de habitantes.
- "Un caos" -
Por las inundaciones muchas comunidades fueron atendidas con alimentos enviados con drones, y aunque el nivel de emergencia bajó en muchas zonas, la provincia de Bahoruco y las fronterizas con Haití, Pedernales e Independencia, continúan bajo alerta.
Algunas calles de Barahona, de hecho, siguen anegadas. En esta zona, "en estos últimos días, ha estado muy inundado. Los campos se están derrumbando, los barrios están en necesidades", comenta Maris Gómez, 53 años, mientras camina por una calle todavía llena de agua.
Ha sido, añade, "una situación difícil. Un caos. Un caos".
El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de República Dominicana alertó que las "lluvias continuarán provocando inundaciones repentinas debido a la alta saturación de los suelos, especialmente en zonas vulnerables".
Los habitantes intentan blindarse con el zinc, aunque también piden protección divina.
Un carpintero colocaba el martes planchas de zinc sobre el techo de madera de la vivienda de Carlos Pineda, quien mandó a reforzar su techo como medida de prevención ante las nuevas lluvias. "Entraba agua y decidimos cambiarlo", cuenta Pineda, de 32 años.
"Estamos preocupados porque no sabemos cómo la vamos a pasar (...) Estamos aquí para lo que Dios diga", agregó.
H.Roldan--HdM